CUANDO PAULA TENÍA 8 AÑOS LA MAESTRA LE DIO DEBERES PARA HACER EN CASA CON SU FAMILIA Y ELLA NO DIJO NADA.
ESE DÍA HABÍA DECIDIDO SALIR A PASEAR CON SU ABUELA BETTY.
LA MAMÁ DE PAULA, QUE LE REVISABA TODOS LOS DÍAS LA MOCHILA, SE ENOJÓ MUCHO CUANDO ENCONTRÓ LA TAREA SIN HACER, PERO PAULA ESTABA CON SU ABUELA Y ESA ERA SU ÚNICA TAREA: JUGAR CON ELLA.
Y SE FUE.
LA MAMÁ SE QUEDÓ SOLA Y ENOJADA, PENSANDO EN TODO LO QUE LE DIRÍA CUANDO SE HICIERA DE NOCHE Y LA NENA SE ACORDARA DE HACER LOS DEBERES… Y SE PUSO A LEER EL CUADERNO DE LA ESCUELA.
LA TAREA ERA ESCRIBIR UN CUENTO CON PAPÁ O MAMÁ Y YA QUE ESTABA… AGARRÓ LA LAPICERA, UN PAPEL Y EMPEZÓ A ESCRIBIR.
CUANDO PAULA LLEGÓ SE ENOJÓ MÁS QUE LA MAMÁ. LE DIJO QUE ERA UNA METIDA Y QUE EL CUENTO ERA HORRIBLE, TAN HORRIBLE COMO EL CARÁCTER DE PAULA… QUE, SEGÚN CONTÓ LA MAMÁ, ESE DÍA, ERA TRES VECES MÁS HORRIBLE QUE EL CUENTO.
Y SE SENTARON JUNTAS A ESCRIBIR OTRO.
LO CÓMICO DE ESTA HISTORIA ES QUE EL SEGUNDO CUENTO, EL QUE ESCRIBIÓ PAULA, ERA CASI IGUAL AL DE SU MAMÁ… Y A PAULA LE DIO MUCHA RISA. TANTA, QUE TODAVÍA SE ACUERDAN.
Y EMPEZABA ASÍ:
